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domingo, 24 de enero de 2010

"CASO KARMELE": La penúltima puñalada a un Festival de Eurovisión agonizante


Sí ya sé que voy a ser uno de los pocos que ve justa la expulsión de Karmele de la pugna eurovisiva. Su canción, espantosa por cierto, no era sino mera colección de retales de otras. Cualquier parecido con una canción original, requisito para continuar en la carrera, es mera coincidencia. ¿Por qué ha causado tanto revuelo, pues?. Simplemente porque el público que ha votado a esta buena señora, que a mí (dicho sea de paso) me cae como el culo, es imbécil (dada su tendencia a dejar que otros critiquen por ellos sin tener formado un criterio propio) y se deja llevar borreguilmente por la hipocresía de la cadena generalista de Mediaset, para quien Karmele es lógicamente intocable, y que ya protestó cuando fue elegido Chiquilicuatre y que ha montado un circo por nada. Cierto es que esta señora tenía sus fans que, sin saber nada de música y sólo porque aparecía mucho en la telebasura la han votado en masa convirtiendo su canción en la más votada en la carrera por ir a Eurovisión. Si ha ido el Chiquilicuatre a este concurso que actualmente está de capa caída, ¿por qué no puede ir Karmele?. Pues no, porque no es serio. Pero, ¿lo es un festival en el que un año ganaron unos frikis de Finlandia?. Evidentemente no. Más aún cuando cada año que pasa se comprueba las nulas posibilidades de ganar, dadas las alianzas entre países escandinavos que hay. Eso no justifica el ansia de algunos por llevar un año sí y otro también a frikis. Por consiguiente, el que escribe desea , como buen español, que gane un cantante de nuestra "piel de toro" pero que lo haga con todas las de la ley: de forma seria, con una canción que merezca la pena y que, además, sea bonita y "festivalera". Ocurre, sin embargo, que, por desgracia, los frikis se resisten a desaparecer proporcionando a este Festival su penúltima puñalada trapera.

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sábado, 23 de enero de 2010

¿QUÉ PRETENDE LA SGAE?


Me enteré hace unos días que un inspector de la SGAE se había pasado por una peluquería catalana y le había obligado a pagar 6 Euros por mes por el solo hecho de estar trabajando con música. Ante tal atropello, no podemos estar impasibles. ¿Qué es lo que pretende la SGAE?. Una Sociedad podrida de dinero no tendría por que estar mendigando así el dinero de los sufridos usuarios. El dinero se lo tendrían que haber pedido a las emisoras de radio que son las que se encargan de emitir la música. Si se quiere recaudar dinero, existen otras mejores formas de hacerlo: a través de conciertos a beneficio de la SGAE por ejemplo. Los consumidores ya estamos hartos de pagar el dichoso e injusto canon por comprar un CD ó DVD virgen como para soportar (poniéndome en la piel de los peluqueros catalanes) este nuevo abuso.

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lunes, 11 de enero de 2010

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UNAS PALABRAS ACERCA DE LA PROYECTADA LEY ANTI-DESCARGAS DEL GOBIERNO: Cómo poner puertas al campo


Como es de suponer que ustedes estarán cansados de oír hablar del Proyecto de Ley Antipiratería, es mi intención ser lo más conciso y breve en esta cuestión. El Consejo de Ministros aprobó este Proyecto de Ley en el que un juez de la Audiencia Nacional podría llegar a cerrar una página web, tras el pertinente aviso, en la que se incluyesen enlaces a páginas de descargas ilegales de música. El problema surge al plantearnos la distinción entre lo que es ilegal de lo que no lo es. Una distinción que ni siquiera los jueces, estoy seguro de ello, tienen claro.
Un amante de la democracia y enemigo, por lo tanto, de todo lo que suene a censura como yo no puede sino oponerse a esas intenciones del del Gobierno. Sería algo así como ponerle puertas al campo. Ocurre que a mi oído han llegado opiniones que comparan el posible cierre de páginas web con la censura franquista. Nada que ver. Por una parte, en tiempos de Franco no se podía ni pensar en contra del Caudillo ya que si lo hacías podías terminar en la cárcel y, si te iban las cosas mal, hasta te podían "dar garrote". Por otro, el posible cierre se hace tras aviso y si hay cárcel lo serán tras un juicio justo y con garantías.
Me he de poner ahora en la piel de de los creadores de una música que, últimamente está sufriendo un cáncer muy grave: las descargas ilegales. Está claro que algo hay que hacer. No vale "el gratis total". Este Proyecto de Ley supondría una medicina para paliarlo. Dado que existe la coincidencia que la mayor parte de los artistas que se manifestaron hace días en la madrileña Puerta del Sol con los llamados por la "caverna" como "artistas de la ceja" (todos sabemos porqué), este Proyecto se ha tomado como la "recompensa" del Gobierno por su apoyo en la pasada Campaña Electoral de las Elecciones Generales. A este Proyecto de Ley le falta, todavía, mucho recorrido. Le resta pasar todo un largo trámite parlamentario donde se le puede dar la vuelta como un calcetín. Es necesario, por consiguiente, un poco de paciencia y sensatez en todo este debate. Un debate calentado artificialmente por los grupos de la "caverna mediática" ultraderechista donde tan cómodos se encuentran últimamente algunos dirigentes del PP y contertulios afines a dicho partido.
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miércoles, 6 de enero de 2010

"El Presidente y Miss Wade": Cuando la ficción adivina la futura realidad


A veces existen cineastas que harían también fortuna si trabajasen como adivinos. Tal cosa sucede con Rob Reiner que en su película El Presidente y Miss Wade (1995) tuvo el acierto y la suerte de predecir lo que sucedería sólo tres años después con el expresidente Bill Clinton y su becaria Mónica Lewinsky. La cinta objeto de este artículo fue emitida por la Primera a eso de la medianoche el lunes 4 de enero de 2010 lo que implicaba, como sabemos, el importante hecho de su reproducción sin ningún tipo de corte publicitario.
La película cuenta la historia de cómo el Presidente de los Estados Unidos, un viudo Andrew Sepherd, (interpretado por Michael Douglas) y una consultora de un importante grupo ecologista de nombre Sidney Wade cuyo papel recae en la actriz Anette Benning inician un romance muy particular. Si quitásemos la particularidad del cargo de Sepherd, esta relación tendría el rango de lo más normal: persona viuda inicia un idilio con una bella militante ecologista. Ocurre, sin embargo, que hay ocasiones en que convendría mantener las formas. Más aún teniendo en cuenta el conservadurismo de una sociedad norteamericana que no ve con buenos ojos, por más que Sepherd se encuentre viudo, el idilio de su presidente con una cualquiera. De otra forma se pondría en grave riesgo, tal y como se encarga de advertirle uno de sus subalternos (el interpretado por Martin Sheen), no sólo su reelección para un nuevo mandato de cuatro años sino que éste podría ir a parar a manos de su enemigo Bob, papel interpretado por Richard Dreyfuss.
Una de las virtudes de la cinta es su acertada visión de la contraposición entre lo que es anécdota y categoría. En la rueda de prensa que el presidente Sheperd para dar cuenta del ataque estadounidense a una base militar de los terroristas palestinos (categoría), los periodistas optan por preguntarle por lo anecdótico, esto es, por sus relaciones con la activista ecologista. ¡Cuánto hay en la vida de esto!. Y es que la política norteamericana, realmente, es esto: el saber conjugar tu vida privada, que en Estados Unidos interesa y mucho, con los intereses del país.
Por lo que hace a la interpretación, ésta es otra de sus virtudes. En el caso de los personajes principales, esta es de altura. Michael Douglas llega a ser creíble como presidente de los Estados Unidos. Muy logrado es ese gag en el que se presenta en una floristería y la encargada al darse cuenta de quién era la persona que había entrado no puede evitar desmayarse. También Anette Benning lo borda en su papel de amante del presidente. Como tal debe lograr que este idilio afecte lo menos posible a su trabajo. Ambos mantienen una relación simbiótica que a punto está de costarles sus respectivos empleos. De los demás, cabe señalar el impecable trabajo de Richard Dreyfuss como malo malísimo de la cinta. Del ultraconservadurismo de su personaje da cuenta el mitin en el que el propio Bob se opone a la relación de Sepherd con la ecologista bajo el pretexto de la viudez del Presidente. Otros trabajos destacables son los de Michael J. Fox y Martin Sheen como asesores del presidente. Cabe señalar lo que al propio Martin le sirvió este papel a la hora de aprender para desempeñar el personaje de Presidente de los Estados Unidos en esa magnifica serie llamada El Ala Oeste de la Casa Blanca.
En cuanto a los defectos, he de señalar, en primer lugar, el tono excesivamente dulzón y alejado de la realidad del planteamiento, lo que es común a cualquier comedia romántica que se precie. He de citar, a continuación, el caso del senador Bob que se postula antes de tiempo como candidato a Presidente de los Estados Unidos. Lo hace en el transcurso de un mitin en el que crítica la relación del presidente Sepherd con una ecologista que en sus años mozos había quemado una bandera norteamericana, hecho gravísimo para los naturales de aquel país en el que todo lo que suene a agresión contra los valores patrios es tomado muy mal. O si no me creen, pregunten a ZP que por el solo hecho de sentarse al paso de la bandera norteamericana que, en aquel entonces representaba a un país que había invadido a otro (Irak), le costó muchos años de incomunicación con los Estados Unidos del repúblicano Geoge W. Bush. Para cuando el conservador Bob hace la acusación de que Sepherd está liado con una activista que, con pruebas fotográficas, había quemado una bandera de la unión lo hace en calidad de "yo, candidato repúblicano a la presidencia de los Estados Unidos de América". Este hecho está situado a mediados de enero del año electoral. Si tenemos en cuenta que las elecciones no son hasta noviembre y que los candidatos no son elegidos hasta el verano (por esa época lo único que tendríamos serían los caucus que nos darían el nombre como mínimo de tres posibles candidatos), nos daremos cuenta de un error que si se hubiese producido por una nefasta traducción al castellano, no hubiese sido tan grave. Otra cosa sería si éste estuviese ya en la versión original. Mostraría un total desconocimiento de los guionistas del sistema político norteamericano.
La película es, en resumidas cuentas, totalmente recomendable. Logra con creces y a pesar de sus errores y de su tono excesivamente "rosa", su principal objetivo: entretener. Anticipa, ademas, lo que sólo tres años después sucedería: el escándalo Lewinsky. ¡Qué pena que, al contrario de lo que en la cinta sucede, en la realidad éste sirviese para que se abriese un proceso de impeachment contra el por entonces presidente, Bill Clinton!. Tal proceso no podría evitar su dimisión pero que sería útil, como sabemos, para que se produjese el pucherazo de las elecciones presidenciales del 2000 en el que se le robó la victoria al candidato demócrata Al Gore y el advenimiento del peor presidente, hasta la presente, de los Estados Unidos: George W. Bush. Un Bush que nos metió, velis nolis en una guerra ilegal e injusta. Incompensiblemente, para tal desatino no hubo otro proceso de impeachment. Sin embargo esto es, como podrán ver, otra historia.


MI CALIFICACIÓN: * * * (Buena)




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